Cuando no priorizas tu bienestar es difícil sentirte plena, libre y satisfecha.

Permíteme explicarte por qué…

A diario nos enfrentamos a desafíos que pueden sacudir nuestra confianza y debilitar nuestra autoestima.

Los pensamientos negativos como “no soy lo suficientemente buena“, “no puedo hacerlo”, o “no he hecho lo suficiente”, pueden enterrar nuestros sueños más profundos bajo capas de duda y miedo. Pero quiero que sepas la verdad: eres más fuerte de lo que imaginas. Dentro de ti hay una fuerza poderosa esperando ser liberada.

El ego es esa parte de ti que genera esos pensamientos “negativos”; que no se siente lo suficientemente buena; que siente que no ha hecho lo suficiente; que se cuestiona sus decisiones; que juzga; que categoriza; que culpa a los demás.

Es esa parte que vive en el pasado o en el futuro; es la que no se siente capaz de sostenerse; es a la que no le gusta su cuerpo, la que siente el rechazo; la que se siente insegura; la que duda de sus capacidades; la que se cuestiona; la que se obsesiona; la que repite la misma historia; la que no se siente capaz de lograr sus metas…

En definitiva, es la parte de ti que habla constantemente en tu cabeza, hilando un sinfín de pensamientos. Pero debes entender que el ego no es una parte mala de ti, sino una parte necesaria para tu supervivencia: es la que pone un techo sobre tu cabeza y te da una cama calentita por las noches donde dormir.

Es como una niña de 8 años que te ama y quiere que estés bien. Sin embargo, si ya tienes tus necesidades básicas cubiertas, es hora de reconocer que hay una parte más profunda de ti que sabe de plenitud, dicha y paz.

Esta es una invitación a la trascendencia.

Es una invitación a empezar a vivir desde una realidad más profunda de tu Ser.

Cuando empiezas a darte cuenta de que eres mucho más que el ego, se te abre la puerta a una realidad maravillosa; a una fuente de vitalidad y energía; a la libertad de elegir desde la armonía del momento presente; a sentirte segura, capaz y llena de entusiasmo y placer; llena de Dios y de Vida.

Cuando empiezas a reconocer esa parte más profunda de ti, conectas con la sabiduría. Conectas con “la que sabe”. Conectas con la que es inherentemente valiosa por el simple hecho de Ser, sin condiciones, sin juicios. Conectas con la que ama incondicionalmente.

Esa parte de ti siempre está por debajo del ruido, en un trasfondo de silencio que es pura paz.

Puedes empezar a reconocer esa parte más profunda de ti de muchas maneras diferentes. Se trata de ir probando para encontrar la que a ti te resuena naturalmente.

Por lo tanto, priorizar tu bienestar consiste en descubrir esa forma que a ti te conecta con tu ser más esencial; significa reconocer tu valía y además, cuidarte en todos los niveles: físico, mental, emocional y espiritual.

Es nutrir tu autoestima desde adentro hacia afuera, construyendo un templo interior sólido que te sostiene y te eleva hacia tus sueños más increíbles.

Y puede que ahora estés pensando:

“Eso está muy bien, pero ¿cómo reconozco esa parte de mí más profunda y esencial?”

Puede ser más sencillo de lo que crees. Puedes comenzar con algo tan simple como darte unos minutos de paz.

Inténtalo ahora mismo si quieres 

Te invito a que encuentres un espacio cómodo donde puedas relajarte y descansar, donde te puedas dejar caer…

… donde puedas dejar en pausa todas esas voces que te dicen que no eres suficientemente buena, que no eres capaz, que no has hecho lo suficiente…

… donde puedas dejar en la puerta todo “lo que tienes que hacer” todos los compromisos y obligaciones, las tareas de la casa, los trámites administrativos, el trabajo, todo aquello que ocupa tu mente a diario.

… donde por unos instantes te permitas soltar absolutamente todo y estar completamente presente contigo misma.

… donde con los ojos cerrados y una mano en tu corazón y otra en tu pecho, sintiéndote completamente sostenida, te des el permiso de quedarte allí, simplemente sintiéndote.

Sabiendo que no hay nada que hacer…

Ni ningún sitio en donde estar…

Nada que lograr…

Solo Ser…

y cuando venga un pensamiento, no te aferres a él, solo déjalo pasar como nubes en el cielo y con tu respiración vuelve otra vez a tu corazón, a tu vientre… y siéntete… descansando en un lugar más y más profundo…

Dándote cuenta del trasfondo de silencio que siempre está por debajo del ruido…

Descansando en el…

Eso es todo…

Darte estos momentos de presencia son la base del amor propio, que es lo más fundamental para crear la vida que deseas desde la armonía. Te animo a que te regales estos momentos de paz y conexión, donde toda tu atención esté en ti misma, y verás cómo se va desvelando poco a poco la profundidad de tu Ser.

No permitas que los pensamientos negativos te impidan brillar con todo tu esplendor. Tú mereces una vida llena de alegría, satisfacción y propósito. Si sientes que necesitas apoyo, estoy aquí para acompañarte en este viaje de autodescubrimiento y empoderamiento.

Con cariño y devoción,

Melissa